7 octubre, 2022

A TI, TCA

Ojalá nunca me hubieras convencido

que a tu lado la vida era hermosa

que si temblaba, es que no había perdido.

 

Ojalá cuando me susurraste,

por primera vez, que te necesitaba

no te hubiera creído.

 

Ojalá ese día, cuando me miré,

no me hubiera odiado, por dentro y por fuera,

ni me hubiera insultado, durante horas y horas

ni le hubiera llorado, incansable, al espejo.

 

Ojalá me hubiera frenado a tiempo,

sin esperarme a chocar

de cara y desprotegida,

contra la pared que me separaba de tu mundo.

 

Pero ya era demasiado tarde, sin darme cuenta

me convertiste en una experta del odio,

en un misil de destrucción masiva de amor propio,

me enseñaste a mentir.

 

Me prometiste

una vida perfecta,

que no podía ser real.

Nunca lo sería.

 

Me dejaste

sola, sin frenos,

cayendo al abismo de tus manos.

 

Me regalaste

mis peores días,

a mí y a los que me rodeaban.

 

Me arrancas

de repente,

sin piedad,

todo lo que yo era,

y todo lo que tenía.

 

Me brindaste

la oportunidad de ser más fuerte.

 

Me intentaste matar,

por dentro y por fuera.

 

Pero no pudiste.

 

Me armé

de valor,

confianza,

paciencia,

fuerza,

valentía,

y amor.

 

Y eso fue lo que me salvó.

 

Pude contigo.

 

 

Elisa.