23 diciembre, 2022

MALA COMPAÑÍA EN NUESTRA MESA DE NAVIDAD

Esta ya será la segunda Navidad que compartimos mesa con un acompañante al que no hemos invitado. Un invitado bastante más insoportable que el cuñado gracioso o la tía inoportuna. La diferencia es que este año (tanto tú como tu familia) tenemos más recursos para ignorarle.

Las fiestas navideñas para una persona con un TCA son un calvario, y para la familia también. Suerte tenemos de las pautas que nos dan desde el hospital en el que estás ingresada. Adaptaremos todo lo que tengamos que adaptar, estaremos menos en la mesa, pero compartiremos las comidas en familia, haremos cagar el tió y disfrutaremos de la compañía de las personas que amamos y…

Porque, al fin y al cabo, la Navidad iba de eso, ¿verdad? De volver a casa, de estar con los tuyos, de cantar y reír y juegos de mesa. De arreglar el mundo en la sobremesa, de dar y recibir regalos, rescoldo y abrazos. Y de esto tendremos a espuertas, ya lo tenemos todo a punto.

Desgraciadamente, sabemos que vendrás con ese maldito compañero que nadie desea y que se te aferra como una garrapata (bien bien es un parásito). Un compañero que no le cae bien a nadie, que en lugar de desearte unas felices fiestas y un mejor 2023, te dice que no vales la pena, que no eres suficiente… No le haremos ni caso, en nuestra mesa no le ha invitado nadie, si quiere venir, que sepa que nadie le dará conversación, que lo menospreciaremos y, si aparece, encontraremos los mecanismos para echarlo.

A veces me imagino la anorexia como un novio tóxico, de aquellos que dicen cosas como «no te pongas esta falda», «no salgas con tus amigos», «no comas esto», «no digas eso». Es exactamente como el Grinch de la Navidad. Y es que, como yo lo veo, tener anorexia no es sólo restringir la comida, también es restringir la vida. Creo que tú también lo estás viendo, pero todavía no has podido dejarlo definitivamente; estás haciendo grandes esfuerzos, ¡lo conseguirás! Mientras, aquí nos tienes para apoyarte, para acompañarte y disfrutar más que nunca de unas fiestas que pasarás en casa, con los tuyos. ¡Estamos tan contentos de pasarlas contigo!

Lo que sí te pedimos es algo: si algo no va bien, si tienes algún malestar, lo que sea: habla, cuéntanoslo. Todos queremos ayudarte y todos te ayudaremos, pero si nos explicas cómo hacerlo, te ayudamos mejor, te ayudamos más.

 

Muy Feliz Navidad para ti y todos los que están superando un Trastorno de la Conducta Alimentaria.

Mi deseo para 2023 es que deje la enfermedad atrás y disfrute de una vida sin restricciones.

 

Imma.