Me prometí a mí misma, libre

al salir del infierno, por esa puerta,

que nunca dejaría de ser fuerte,

que nunca más volvería a caer.

No negaré que todavía hay noches

donde el miedo a volver atrás me invade,

que algunos espejos me devuelven los gritos,

y la voz del monstruo resuena y me debilita.

No negaré que todavía hay días

donde temo que se reabran las heridas

que algunos días mi propio reflejo

me agrieta la mirada.

Ella, que me hacía sentir tan frágil,

me rompía, por dentro y por fuera,

y me decía que me quería débil.

Lo peor de todo es que le permití

que se saliera con la suya, y yo perdía

y después de tres años aún seguía

mi lucha y ella, rival a batir.

Y tanto tiempo después aquí me encuentro, herida

intento perdonar mi pasado

ahora que ya he vuelto a la vida,

me doy cuenta de que hay momentos que no he cerrado.

Elisa Gautier