Cuando estás metida/o en la enfermedad, crees que es imposible salir de ella, que siempre te va a acompañar, que no te vas a curar o que nunca más podrás tener una vida normal.

Pero, ¿sabes qué? Se puede. ¡Claro que se puede!

Una vez alguien me dijo que el ganador dice que es difícil pero posible; un perdedor, en cambio, que es posible pero muy difícil y tú… ¡eres un ganador/a!

Al igual que sacamos fuerzas para destrozarnos y dejar de comer, las tenemos para salir y dejarla atrás. Es fácil decirlo ahora, lo admito, pero te prometo que la recuperación merece la pena. Cuesta creer en ella a veces ya que se ve lejana, inalcanzable y da miedo. Mentiría si dijese que es la llave a una vida perfecta y sin problemas, pero sí que es una oportunidad para ser tú misma/o y empezar de nuevo, te lo aseguro.

Dicen que el ganador enfrenta y supera el problema, el perdedor le da vueltas y no logra superarlo y tú… ¡eres un ganador/a!

Siendo realista, hace falta valor y valentía para salir de esta enfermedad. Supone hacer un esfuerzo constante, pero si lo realizas poco a poco, no cansa tanto como crees. Pasito a pasito, tiras para adelante, aunque la enfermedad a veces te tiente. Probablemente alguna vez seas tú incluso quien la busque, pero no dejes que se aproveche, no se lo merece, ¡tú vales mucho más! ¡Nada de darle la mano y que te coja el brazo! ¡Tú eres más fuerte! Y ¿sabes qué? No se trata de dejarlo todo atrás, ¡al revés!, se trata de valorar el presente y el futuro que queremos para decir que NO y dar una patada al pasado. Ten claro que eres capaz de seguir este camino tú sola/o y vivir la vida como te la mereces. ¡Confía en ti! Porque el ganador es parte de la solución; el perdedor, parte del problema y tú… ¡eres un ganador/a! Yo no tengo ninguna duda, y… ¿tú?

Nadie dijo que fuese a ser fácil, dijeron que iba a valer la pena. Así que te reto a que te des una oportunidad. ¡Tú también puedes ganar!

Patricia.