Te olvidaste de ti misma para resurgir en la plena autenticidad, pero esto supuso un gran sacrificio en el que, ahora, aquella experiencia sólo te aporta mucha más fortaleza y valía personal de lo que podrías haber imaginado en tiempo lejano.

¡Y sí! Fue todo un reto. Un reto que te llevarás de por vida, porque una superación sólo tiene un resultado que es la valentía de seguir aquí y seguir adelante con firmeza para gozar en conexión con la vida.

Ante la sinceridad nadie te dijo que iba a ser fácil. Posicionarte en la vida sólo depende de ti y reencontrarte con ella fue un gran eclipse de esfuerzo y coraje. Pero estás aquí, con la cabeza erguida llena de buenas emociones, aprendiendo y utilizando las debilidades acaecidas para priorizar y agrandar tu cariño, haciendo luciendo la aceptación de tu esencia con suficiente valentía.

Sé tú misma sin mirar atrás y no te detengas con sentimientos de culpabilidad que paralizan. Líbrate de todo aquello de tu entorno que te minimiza e impúlsate a la vida con orgullo por ser como eres, por cómo aprendiste de la experiencia y por las cosas que todavía quedan por venir. Mientras tanto… contagia a tu entorno con positividad e ilusión.

Natalia Freitas