La vida es un camino donde es necesario buscar siempre aquellas cosas que nos hacen bien; esas cosas que suman. Y esa filosofía de vida se vuelve todo un reto cuando pasas por una experiencia tan dura como es vivir un TCA en la familia.

Todo lo que rodea el tratamiento y la recuperación del trastorno alimenticio comporta mucho sufrimiento. Para la persona afectada y su entorno. Para la familia significa hacer frente a una serie de situaciones, de circunstancias en las que es necesario mantener la serenidad y la calma.

Y para mantener esa serenidad, esa fortaleza hay que rodearte de personas que lo hagan bien, de personas que sumen, que te ayuden de verdad.

En los primeros momentos de la enfermedad puedes plantearte con quién compartirlo. Informar a la familia más cercana, a los amigos más íntimos… en definitiva a aquellas personas que crees que te podrán apoyar, que sumarán a tu vida en ese momento tan difícil.

Es importantísimo hacer esta reflexión cuando sabemos que la enfermedad de la hija o hijo será larga y necesitarás renovar las energías a diario.

Es conveniente tener al lado a personas que como diría Mariam Rojas, son “personas vitamina”.

Así califica a Rojas las personas que nos apoyan, las que nos inspiran, las que nos animan, las que nos transmiten confianza, todas las que sacan lo mejor de nosotros mismos.

Las personas de vitamina abren las puertas de una substancia que nos hace sentir bien: la oxitocina o la hormona del amor.

Donde podemos encontrar oxitocina:

– En ese abrazo intenso que nos dibuja una sonrisa desde el primer segundo.

– En esa frase de ánimo que alguien nos dice justo cuando nos sentimos aislados de todo y todos.

Pues eso. Queda dicho!!!

Bàrbara