¿Qué puede hacer la familia?
¿Qué nos puede hacer sospechar que nuestro hijo / a está sufriendo un trastorno alimentario?
- Utilización injustificada de dietas restrictivas.
- Estado de preocupación constante en cuanto a la alimentación.
- Sentimientos de culpabilidad por haber comido.
- Comportamiento alimentario extraño (comer de pie, desmenuzar la comida en trozos muy pequeños, ritmo lento o excesivamente rápido, esconder comida, evitar postres …).
- Pérdida de peso injustificada o pérdida del aumento de peso que le corresponde si nos encontramos ante la etapa de crecimiento.
- Miedo y rechazo exagerado respecto al sobrepeso.
- Práctica del vómito autoinducido o del ayuno y utilización de laxantes o diuréticos con el objetivo de controlar el peso o perder.
- Falta de menstruación, en aquellas mujeres que ya la tenían (amenorrea) o bien retraso en la aparición de la primera regla (menarquia).
- Percepción errónea de tener un cuerpo graso.
- Hacer ejercicio en exceso y mostrar nerviosismo si no se hace.
- Estado depresivo e irritable, con cambios de humor frecuentes.
- Disminución de las relaciones sociales con tendencia al aislamiento. Estas son algunas de las conductas que nos podría hacer sospechar que nuestro hijo/a podría estar sufriendo un Trastorno Alimentario. No porque nuestro hijo/a en presente alguna, significa que inevitablemente está sufriendo una enfermedadnde este tipo. Lo que sí hay que tener en cuenta, es que, si ha visto identificado el comportamiento de su hijo/a en muchas de las conductas expuestas, habría que hacer algo…
¿Qué hacer si sospechamos que nuestro hijo / a podría estar sufriendo un Trastorno Alimentario?
- Hablar con nuestro hijo o hija de aquellas conductas que nos han alarmado y que nos preocupan. Podemos intentar ver si él/ella está viviendo su situación como problemática. Nos interesa llegar a ellos desde la base emocional y conectando con sus sentimientos (me parece que estás sufriendo mucho / ¿Lo estás pasando mal? / Parece que estés preocupada por algo…
Centrarnos en la parte racional y desde el discurso de la lógica no nos llevará en lugar, porque no estaremos conectando con él y aún se pondrá más a la defensiva. Corre el riesgo de entrar en un debate constante sobre la comida sin llegar a ningún fin.
Es importante mostrar interés por todo lo que le pueda estar preocupante y facilitar el diálogo para que pueda expresar sus miedos y/o dificultades.
- Para conseguir que el adolescente reconozca que puede tener un problema, es muy importante garantizar un clima de confianza.
- ACTÚA: El diagnóstico de estas enfermedades es serio y se pueden superar con la ayuda profesional adecuada.
- Incidir en la necesidad de pedir ayuda profesional para poder detener la difícil situación que seguramente está viviendo. Resaltar el papel del terapeuta como alguien que le puede ayudar a hacerlo sentir mucho mejor consigo mismo y mejorará su relación con los demás. Esta es una manera de ofrecer soluciones al problema que se está planteando.
- Es importante una adecuada derivación. Los profesionales que conducen el tratamiento de estas enfermedades son básicamente psiquiatras y psicólogos especializados en Trastornos de la Conducta Alimentaria.
- Desde ACAB podemos orientar a los padres sobre qué profesionales pueden ayudar y facilitar la derivación del hijo / a para que reciba un tratamiento eficaz.
En muchas ocasiones es más rápido y sencillo ponerse en contacto con la asociación con el fin de agilizar los trámites y poder comenzar un tratamiento de la forma más precoz que se pueda.